martes, 8 de enero de 2013

EL TEATRO


Los primeros datos sobre teatro en el Ecuador nos indica Paulo de Carvalho Neto, cuando hace refe­rencia "al teatro folklórico", dándonos a conocer una representación de la llamada "La Conquista de Huaynacápac y el castigo de los rebeldes en Quijos", tomado de Pablo Herrera.
Jesús Lara y otros estudiosos del teatro indio precolombino reconstruyeron lo que pudiera haber sido la vida teatral del incario a base de los cronistas de Indias.
En 1839, en Loja, se dio en honor al presidente Flores una pieza teatral con el título "La tragedia de Atabalipa", de la que nos informa Ricardo Descalzi.
Según los antropólogos Piedad y Alfredo Costales apareció la fiesta de la Inga Palla, Curipaccha o Guarninga, que con esos tres nombres se la conoce y que se celebra el 29 de junio, día de San Pedro, en Licán, Provincia de Chimborazo. La fiesta conmemora el matrimonio que contrajo el emperador Huaynacápac con la princesa Pacha.
En la época de la colonia el teatro se divide en dos grandes ramas, a la primera pertenecen las repre­sentaciones indígenas con temas cristianos. Darío Guevara ha estudiado con lujo de detalles lo que él llama "Auto de la adoración del niño Jesús", "Auto de los Reyes Magos" o simplemente, "Historia de los Reyes", que se ha representado desde comienzos del siglo en una extensa zona del cantón Pelileo de la provincia de Tungurahua.
La segunda parte de nuestro teatro colonial es criolla. Hubo gran afición en aquellos tiempos por el teatro. Uno de los grandes exponentes del teatro fue Fray Gaspar de Villaroel con su obra la exalta­ción al Obispado de Santiago con la representación de tres comedias. En Quito también encontramos a Federico González Suárez quien nos indica que los Jesuítas cuando instalaron el colegio San Luis representaron la obra "Convite del Rey Azuero". Para el Padre Luis Gallo Almeida, en su obra "Literatos Ecuatorianos", ésta habría sido la primera pieza dramática representada en el Ecuador.
En 1811, Modesto Chávez Franco nos hace conocer, que venían compañías de comediantes. Para 1827, se presentaba la semi - tragedia "El delincuente honrado". Al quiteño José Anselmo Yánez le pertenecen los dramas "Huaynacápac" y "El Insurgente". Luego está en la lista Sixto Juan Bernal, con su obra "El último de los Huancavilcas". Según el mismo cronista Chávez fue Juan Rodríguez Gutiérrez quien nos dio a conocer dos dramas en 1862: "Clemencia Lafalle" y "Bellini", esta últi­ma fue publicada en Guayaquil.
Otros representantes del teatro ecuatoriano fueron José Antonio Yánez, Abelardo Moncayo, Ni­colás Augusto González, Juan Montalvo, Padre Julio Matovelle, César Arroyo, Raúl Andrade, Jor­ge Icaza. Destaca de Abelardo Moncayo la obra de tema histórico, que estrenó en Ibarra en 1883, titulada "El 10 de Agosto". En cambio, el Padre Matovelle nos da a conocer la obra "Un drama en las Catacumbas", estrenada en 1876 en Cuenca.
Las obras de Montalvo constituyen la más grande producción del teatro literario ecuatoriano del siglo XIX. Cinco son las obras teatrales de Montalvo, titulados "Libro de las Pasiones", que con­tiene los siguientes dramas: "Jara", "El Descomulgado", "Granja", "El Dictador", "La Leprosa", según lo expresa Roberto Andrade, prologuista de las obras de Montalvo. La comedia de costum­bre "Receta para viajar", de Francisco Aguirre Guarderas, estrenada por la compañía Dalmau en el Teatro Sucre el 11 de junio de 1892, puede considerarse una primera fecha en el teatro nacional.
Fue en la época del General Ignacio de Veintirnilla, Presidente del Ecuador que se construyó el Teatro Nacional Sucre, en Quito.
Algunas compañías llegan del norte; la mayor parte tocan en Guayaquil y algunas veces se aven­turan a ascender la cordillera para actuar en Quito y Riobamba.
Por 1918, un nombre ecuatoriano se hace presente en la crónica: Marco Barahona, discípulo de Re-boredo. Muy muchacho, provisto de buen conocimiento del francés, que aprendiera en sus días de seminarista, llevó a las tablas del "Variedades" un interesante repertorio europeo. Por esos mismos años actúa en Quito y Riobamba, y más tarde en Cuenca, el Cuadro de Declamación del Conservatorio Nacional de Quito.
Según Adolfo H. Simmonds los mayores exponentes del teatro de esa época fueron: Nicolás Au­gusto González, César Borja Cordero y Rafael Pino Roca, con la obra "La Pólvora", Miguel Neira y Eleodoro Aviles, con su obra "Los Abandonados", Carlos Arturo León con su obra "El Recluta", Cesar Arroyo, Modesto Chávez Franco con su obra histórica "Abdón Calderón" y "Sarcasmo", Rafael Coronel con su comedia "Sombra"; otras obras son "En Finados", "Bazar de Fantasía" etc.
La novedad en Guayaquil, en los primeros años del siglo, es el teatro obrero de Emilio Gallegos del Campo. En 1905 representa "Crimen Social", modestísima obra de un acto, y en 1911, "Honra de obrero", con la cual al decir de Isaac J. Barrera, obtuvo un gran triunfo escénico y una mereci­da ovación del público. En 1911, estrena en Quito la Compañía Díaz de la Haza "Guerra y Paz" de Trajano Mera, hijo de Juan León Mera, empeño de teatro de crítica de costumbres y vicios del vivir nacional.
Trajano estrenaría en 1915 "La visita del poeta", y en 1917, el mismo año de su muerte, "Los Vir­tuosos". La magnitud del escándalo que provocara la representación de "Los Virtuosos" puede colegirse el prólogo duro y altivo que el propio autor escribiera para la pieza.
Carlos Arturo León comenzó a estrenar en 1914, "Reparación", en cuatro actos, obra llevada al escenario en Riobamba, en 1816; "El Recluta", estrenada en el teatro Olmedo de Guayaquil en 1916.
Víctor Manuel Rendón representó su primera obra titulada "Hoy, ayer y mañana", el 26 de agos­to de 1922; otras obras de este autor fueron "Con Victoria y Gloria, Paz", "El matrimonio eugéni-co", "Madrinas de guerra", etc.
Sobresale en este campo Guillermo Dávila con su obra "Las víc­timas del 2 de agosto", drama histórico en cuatro actos y un cuadro que fue estrenado en el Teatro Sucre, por la Compañía Díaz de la Haza en 1911, otra obra de este autor es "Atahualpa".
Juan Félix Proaño, riobambeño, estrenó en 1920 la obra "Quisquís", posteriormente publicaría "Condorazo" en 1925. En cambio el Padre Jesuíta José Luis Velasco estrenaría la obra "El 9 de octubre de 1820". Cesar Augusto Santos daba a conocer su obra "Viracocha". El Padre Antonio Rodríguez llevaba a escena la obra "La emboscada de Berruecos". Sin embargo, Héctor
Zurita destacaba con su obra "Sombras y Conquistas". Francisco Tobar daba a conocer su obra "Los dioses y el caballo". Destaca la labor en teatro de Pablo Palacio, que en 1926 publicaba su obra "Comedia Inmortal". Jorge Icaza, daba a conocer en 1928 su obra "El Intruso", etc.
Destacan en este campo en orden cronológico desde 1916 los siguientes poetas ecuatorianos: César Arroyo, Gonzalo Escudero, Augusto Sacoto Arias y Francisco Tobar García. De César Arroyo ponemos de relieve su obra "El caballero, la muerte y el diablo" y de Gonzalo Escudero su obra "Paralelogramo", comedia en 6 cuadros, de 1935.
OTROS AUTORES
Se inició Aguilera Malta con un tipo de teatro realista para ir de poco a poco avanzando hasta el expresionismo feliz. Desde "España Leal"-realismo social-, hasta "Lázaro"-realismo psicológico- hay una constante de surgimiento y resurgimiento. "El Tigre", marca el feliz encuentro de Aguilera Malta con el teatro bueno. Un expresionismo aligerado en perspectivas míticas, donde ya se siente el escenario montubio. Con ligeras modalidades de expresionismo también nos llega "Infierno Negro".
Un teatro de vanguardia, ágil y profundo con un potencial de llevar y traer situaciones históricas pero envainadas en alegorías literarias es la que llega con Jorge Enrique Adoum en "El Sol bajo las patas de los caballos", obra de recia personalidad y cuyo estreno en París trajo gran revuelo.
Otros autores de importancia son: Alvaro San Félix, Pedro Saa Herrera, Hernán Rodríguez Castelo, Ernesto Albán Gómez, Sergio Román, Agustín Vulgarín Marín, Gustavo Ibáñez, Pedro Cruz, Rodrigo de Triana y Othón Muñoz.
Nació en Guayaquil en 1931, dramaturgo. El primer autor que leyó y sigue leyendo fue Mark Twain (Tom Sawyer). En su vida ha sido dibujante, fotógra­fo, poeta, cuentista, dramaturgo, director teatral, in­geniero civil.
Según Galo Rene Pérez, Martínez es el principal au­tor dramático del Ecuador de estos años. Entre los premios nacionales que ganó están: Premio Nacio­nal de cuento "José de la Cuadra", Guayaquil 1969. Premio Nacional "Eugenio Espejo", 2001.
Entre sus obras de teatro tenemos "La casa del que dirán", "Las faltas justificadas", (Premio Nacional de Teatro), Quito 1962; Réquiem por la lluvia (Quito 1963); Teatro (Guayaquil 1965); Cuestión de vida o muerte (Guayaquil 1979); Los unos vs. Los otros (Premio Nacional de Teatro), 1970; Q. E. P. D., (Guayaquil 1972); La dama meona (Premio Nacional de Teatro), 1976; La conquista no ha ter­minado todavía (Premio Nacional de Teatro), 1983; El baratillo de la sinceridad; Goteras. Tiene también a su haber 17 tomos de libros de teatro inéditos. Además, está escribiendo teatro infantil con música propia.
Según cuenta, le negaron el Premio Nacional de Teatro por la obra Goteras, porque el jurado pensó que lo había escrito un extranjero. Dice que esto lo confesó el propio autor teatral Ricardo Descalzi.

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